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Glenfiddich 15 años: una radiografía

  • Foto del escritor: Diego Montoya
    Diego Montoya
  • 10 ene 2019
  • 2 Min. de lectura

Por Diego Montoya Chica

Publicado en Revista Credencial. Oct. 2023


Este es uno de los single malts de elaboración más compleja entre los whiskies de entrada que se encuentran en el mercado colombiano. Les comparto lo que me ayudó a entender Patricio Calzada, nuevo embajador de Glenfiddich en Colombia.


  • El new make: El destilado base de cebada malteada con el cual Glenfiddich hace todas sus expresiones se elabora en tres alambiques distintos. Primero sale del wash still, que genera un primer líquido a unos 20 a 30 grados de ABV. Después, esos low wines se dividen en dos para ser procesados por dos spirit stills: una parte va al que tiene cápsula de reflujo —que produce espirituosos más puros y perfumados y que, por ello, enaltece esa nota de manzana verde tan característica de la destilería— y la otra pasa por uno que no la tiene. La ausencia de cápsula permite que pasen algunos elementos “pesados” que derivan en complejidad y en una textura más gruesa. A continuación, se unen los dos resultados.

  • La maduración: El new make toma caminos distintos para interactuar con tres tipos de madera. Una porción se madura durante 15 años en barricas de roble europeo que tuvieron jerez. Otro tanto pasa el mismo lapso en barricas de roble americano exbourbon. Y aquí viene lo interesante: a una parte de este último —del líquido exbourbon— se le añaden entre cuatro y seis meses de paso adicional por roble americano nuevo, algo que no es usual: “Entre otras cosas, esto le aporta unas notas que evocan algo de carpintería y aserrín. Además, acentúa la vainilla de esa madera”, comenta Patricio.

  • La solera: Cuando esos lotes de 15 años están listos tras haber andado sus respectivos caminos, se mezclan en los seis enormes tanques de pino de Oregón que la destilería destina al proceso de solera. La idea es que esos recipientes —denominados vats— nunca se desocupan, sino que siempre mantienen la mitad del líquido. Y este, entonces, contendría gotas incluso desde 1998, año en que David Stewart construyó el primer tanque. El resultado descansa allí durante entre tres y ocho días, y se extrae, de nuevo, solo a la mitad.

  • ¡Ya casi!: De los vats de solera, el líquido pasa a los marrying tuns, unos toneles de roble donde descansa incluso por cuatro a seis meses adicionales, ya no para interactuar con madera alguna, sino para redondearse consigo mismo.

  • Ahora sí: Finalmente, el líquido se diluye con agua del manantial propio, el Robbie Dhu, hasta llegar a sus consabidos 40 grados de ABV y se embotella.

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