Whisky: Lo que llegará pronto a Colombia (y lo que deberían traer)
- Diego Montoya
- 31 dic 2022
- 3 Min. de lectura
Por Diego Montoya,
Publicado en Revista Credencial, mayo 2024
Esta columna está dirigida a los importadores de whisky. A los grandes y formales, que son los que tienen el músculo logístico y financiero como para medírsele a ese ‘berenjenal’ que es traer expresiones nuevas al mercado local. Que no se sienta aludido ningún importador de mercado secundario y de botellas al detal: he notado que ellos cobran dos y hasta tres veces el valor de cada botella ofrecida. Sí, prestan un servicio, pero si usted está dispuesto a pagar los 800.000 pesos que —he visto— cobran por un Lagavulin 16, quizá pueda, más bien, irse de viaje, disfrutar de un paseo y, de paso, conseguir esa botella en los 390.000 que (a finales de mayo) cobra el mercado primario, junto con alguna otra a precio justo.
En fin: hay una serie de expresiones de las destilerías y casas corporativas que ya tienen presencia en Colombia que, creo, encontrarían terreno fértil en el país. En el caso del Grupo Edrington, insisto en que Naked Malt se vendería bien por una razón: el blended malt elaborado por Diane Stuart ofrece un perfil organoléptico exquisito, pero a buen precio. En cada botella hay una mezcla de las maltas del grupo —The Macallan, Highland Park, Glenrothes y Glenturret—, con un toque clave de maduración en barricas exsherry oloroso.
En ese universo de los blended, hay una marca cuyos líquidos no he probado aún, pero que, por lo que dicen los críticos, encontraría hinchada en el país: Compass Box. Consulté con Paulo Calderón, de Disportal, y me dijo que estaba en proceso de obtención de registro sanitario para cuatro expresiones de ese embotellador. ¡Buena noticia! Serían dos blended malts —The Story of a Spaniard y Peat Monster— y dos blended scotch —Glasgow Blend y Artist Blend—.

En cuanto a single malts, le escribí a los amigos de Caraan Spirits, que trajeron ya a Arran con sus expresiones 10 años y Barrel Reserve. Su respuesta: posiblemente, de sus manos llegará el Sherry Cask de esa misma destilería. ¡Sería el primer cask strength del mercado nacional! También mencionaron estar negociando con otras dos destilerías en Escocia, aunque me pidieron no identificarlas aún porque “va por buen camino todo” —dicen—, pero aún con demasiados pasos por avanzar. Ojalá también buscaran traer el Arran terminado en exsauternes, que probé en Escocia.
En cuanto a William Grant & Sons, Patricio Calzada me explicó que una de mis expresiones preferidas de Glenfiddich, la 14 años Our Bourbon Barrel Reserve, es exclusiva para Estados Unidos. Lástima: le auguraría éxito aquí también. Al parecer, lo que esa casa sí traerá a mitad de año es Grants 12: habrá que probar.
Y qué rico sería ver botellas de Ardbeg Wee Beastie en las estanterías de Dislicores. Este single malt joven, que en Estados Unidos cuesta unos 60 dólares, es perfecto para ‘reclutar’ amantes de la turba intensa. Pero creo que el grupo al que pertenece, LVMH, no va a apostarle pronto al humo en Colombia después de haber logrado traer al maravilloso Ardbeg 10 años.
Más bien, está en proceso de fortalecer Glenmorangie con un portafolio más amplio de esa destilería en el país, a consolidarse en el segundo semestre del año. Ojalá incluyan A Tale of the Forest, en cuyo proceso de malteado intervienen botánicos.
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